Cheikh Sarr ha criticado a la RFEF por sancionarle tras plantar cara a los abusos racistas

El incidente protagonizado por el portero del Rayo Majadahonda, Cheikh Sarr, pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas concretas contra el racismo en el fútbol. También ilustra la carga emocional que el abuso racial puede suponer para los jugadores.

La reacción de los compañeros de Sarr ante su enfrentamiento con un aficionado demuestra que dan prioridad a la dignidad humana sobre el protocolo deportivo. Su decisión de abandonar el campo en señal de protesta demuestra que están unidos contra el racismo.

La lucha de cheikh sarr, el portero del Rayo Majadahonda que sufrió el racismo: "Es muy difícil dudar".

La lucha del jeque Sarr contra el racismo y las sanciones al fútbol

El guardameta Cheikh Sarr ha sido sancionado con dos partidos por enfrentarse a un aficionado que le insultó por motivos raciales

La decisión de la Federación Española de Fútbol de sancionar a Cheikh Sarr, portero del Rayo Majadahonda, por enfrentarse a un aficionado que le insultó por motivos raciales pone de manifiesto lo lejos que tiene que llegar el deporte para abordar el problema. Pero también muestra la voluntad de los jugadores de defenderse a sí mismos y sus valores, incluso frente a las presiones institucionales.

Sarr reaccionó a lo que percibió como un abuso racial desde las gradas durante el partido de tercera división contra el Sestao River Club saltando a la multitud y enfrentándose al hincha. A pesar de ser sujetado por sus compañeros, el guardameta senegalés se negó a continuar el juego y se marchó.

Sus compañeros siguieron su ejemplo y decidieron marcharse en solidaridad con su guardameta. La RFEF les ha sancionado con la pérdida de la victoria, la retirada de puntos y una multa. A diferencia de otros incidentes ocurridos en las últimas semanas, en los que se ha obligado a los guardametas a abandonar el campo en protesta contra el racismo, la acción de Sarr demostró que la prioridad era su dignidad y las necesidades de su equipo.

El incidente ha trascendido las fronteras de la tercera división española

El incidente protagonizado por Sarr y sus compañeros del Rayo Majadahonda pone de manifiesto la carga emocional que los insultos racistas suponen para los deportistas. También pone de manifiesto la falta de voluntad de las autoridades futbolísticas para castigar a quienes cometen tales abusos.

La postura de Sarr ha suscitado el apoyo de sus compañeros de equipo y de otros jugadores. El extremo brasileño del Real Madrid Vinicius Jr, que también ha sido objeto de insultos racistas, etiquetó a Sarr en las redes sociales para mostrarle su apoyo.

El incidente es una gran vergüenza para España, que ha intentado mejorar su imagen de país antirracista. También ha socavado los esfuerzos de la RFEF por combatir el racismo en el fútbol español. Pero quizá la consecuencia más perjudicial del incidente es que seguirá pintando una imagen negativa del fútbol a los ojos de los jugadores africanos y negros. Y eso socavará la credibilidad de las afirmaciones de la RFEF de luchar contra el racismo.

Las acciones de Sarr han sido condenadas por la Federación Española de Fútbol

La sanción de dos partidos impuesta a Sarr es un castigo mínimo y razonable, escribe Marca. "No sancionarle habría sido monumental y ejemplar, pero los racistas deben ser desenmascarados y los partidos no pueden continuar con ellos en las gradas", afirma el diario.

Las acciones de Sarr han sido condenadas por la Federación Española de Fútbol

Vinicius Jr, delantero del Real Madrid, ha encabezado las muestras públicas de apoyo a Sarr, subrayando la carga emocional que los insultos racistas suponen para los jugadores. Rompió a llorar al hablar de su propia experiencia de abuso racista en España y ha hablado de la necesidad de luchar contra el racismo en el fútbol.

Ha instado a sus compañeros de equipo a unirse contra el racismo, pidiendo que se ponga fin a la mentalidad de que sólo los jugadores negros son objeto de abusos. Afirma que si todos los jugadores salieran del campo en solidaridad con Sarr y otras víctimas del racismo, ayudaría a desenmascarar a quienes perpetran los abusos. "No digo que el racismo se acabaría, pero se iría borrando poco a poco", escribe.